La casa donde todo encaja

Marcos no estaba buscando una casa. Al menos, eso creía.

Solo pasaba por esa calle de siempre, distraído, hasta que algo le llamó la atención: una fachada sólida, elegante, con alma. Como esas casas que se construyen bien, para durar toda la vida.

Sintió curiosidad. Se acercó. Preguntó.

Y entonces la vio.

Tres habitaciones amplias, cada una con placares de madera empotrados que hablaban de calidad y buen gusto.
Aberturas fuertes, de primera, terminaciones cuidadas hasta el detalle.
No era una casa improvisada. Era un hogar pensado.

Dos baños cómodos, cocina separada, un living comedor ideal para compartir historias, y una recepción donde uno ya se siente bienvenido.
Y cuando creyó que no podía sorprenderse más apareció el quincho.
Grande, equipado, listo para recibir a la familia y los amigos.
Ya se imaginaba los cumpleaños, los brindis, las noches de verano con risas y anécdotas.

Pero había más.

Un galpón de 12x15 metros, con entrada independiente y en excelente estado.
¿Para qué usarlo? Marcos lo supo enseguida:
Acá hay una oportunidad de negocio. Esto no es solo una casa, es también una inversión.

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